Meditación
Existe una idea preconcebida muy extendida sobre la meditación, según la cual, aprender a meditar es aprender a relajarse, calmar la mente o producir un estado de paz. Estas nociones tienen parte de verdad y son algunas de los efectos que se producen cuando meditamos, pero no son el objetivo de la meditación. La finalidad de la meditación es limpiar el subconsciente, es hacernos conscientes de todo aquello a lo que no podemos o no solemos acceder en el estado de consciencia ordinario. Meditar es el proceso por el que profundizamos en el conocimiento de nosotros mismos, para sacar a la luz y así comprender y aceptar todas las facetas que nos conforman, todos nuestros aspectos y nuestra memoria.
En Kundalini Yoga la meditación se sirve de herramientas como los mantras o diferentes tipos de respiración específicos, posturas con el cuerpo o movimientos especiales con las manos. Al concentrarnos en un foco mental único, desarrollamos la atención plena y esa concentración permite que la mente pierda fuerza, de manera que se hace posible profundizar en otros niveles de la consciencia.
Debemos entender que la meditación no consiste en sentarnos en una determinada postura para tener una experiencia mística. Esta creencia nos generará expectativas y apegos a determinados estados que únicamente fomentan la desconexión o la tendencia a la evasión. La meditación nos enseña a comprender nuestra propia naturaleza y nos acompañará en todos los momentos de nuestra vida, pues se convierte en una actitud y una disposición que guiará la relación con nosotros mismos y con el mundo.
Aprender a meditar nos ayudará a vivir sin tantos patrones inconscientes que nos hacen menos libres, y nos permitirá vivir de forma más ligera y más coherente con nuestro corazón.
La meditación es un estado en el que la mente se vuelve silenciosa y da paso a un estado continuo y permanente de Ser.
Clases
Tu profesora
Laura Romero
Profesora de Kundalini Yoga y meditación.
El Kundalini Yoga llegó a mi vida y se instaló en ella para siempre. Comenzó como una práctica que realizaba asistiendo a clases dos días en semana. Sin embargo, poco a poco fue calando hondo y, tres años después, decidí hacer el curso de Formación de Profesores en Yoyyoga, con la motivación de profundizar en la práctica y la filosofía del Kundalini Yoga. La formación fue determinante y transformó completamente mi forma de observarme y sentirme. Tuve profesores maravillosos (Irene Navarro primero, después Ignacio Sáez, Leticia Martínez), a los que les estaré siempre agradecida por enseñarme todo lo que saben con humildad y amor, y de los cuales sigo aprendiendo constantemente. En esos intensos años, aprendí que el Yoga realmente nos lleva a la simpleza, para vivir de forma más libre y consciente, sanando heridas antiguas, dejando atrás patrones viejos que nos limitan, permitiendo el desarrollo y expansión del ser. La profunda gratitud que siento hacia el Kundalini Yoga y hacia mis profesores, es lo que genera en mí el deseo de ser un canal para facilitar a otras personas la oportunidad de tener esta experiencia.